Una persona que tiende a la queja y a la insuficiencia, ¿tiene una patología en salud mental o es simplemente un rasgo de personalidad?
En ocasiones solemos detectar en conocidos o amigos una postura negativa de los eventos circundantes o una constante percepción oscura de su coyuntura. De forma coloquial hablamos del vaso medio lleno o medio vacío, es decir, de poner el acento en lo bueno o en lo malo, en lo que se logró o en la falta, pero, ¿qué pasa cuando esa tendencia forma parte del mayor espectro de visualización del sujeto? A veces, en consultorio, llegamos a diagnósticos de distimia o depresión mayor en pacientes que solo se auto percibían como pesimistas y que se sorprenden ante la información que les brinda el psiquiatra o el terapeuta.
Veamos qué significa cada cosa.
La depresión mayor es un trastorno del estado de ánimo descripto en los manuales de psiquiatría como una profunda tristeza, pérdida de interés o placer en las actividades que antes se disfrutaban, y una disminución significativa en la energía y la motivación. Estos síntomas deben estar presentes durante al menos dos semanas para ser diagnosticados como depresión. Pueden visualizarse manifestaciones tales como:
Sentimientos de tristeza o desesperanza.
Pérdida de interés o placer en actividades que antes eran satisfactorias.
Cambios en el apetito o el peso.
Dificultades para dormir o dormir en exceso.
Fatiga o falta de energía.
Sentimientos de inutilidad o culpa excesiva.
Dificultades para concentrarse o tomar decisiones.
Pensamientos de muerte o suicidio.
Cuando hablamos de distimia, en cambio, se hace referencia a un trastorno crónico del estado de ánimo que se caracteriza por una depresión menos intensa pero más prolongada. Los síntomas de la distimia deben estar presentes durante al menos dos años para su diagnóstico, aunque pueden haber períodos de síntomas más intensos que cumplan con los criterios para la depresión mayor. Las manifestaciones o síntomas distímicos son los mismos que la depresión. Veamos las diferencias:
Gravedad y duración: la depresión mayor se caracteriza por episodios más intensos y generalmente más cortos, mientras que la distimia es menos intensa pero más persistente, con síntomas presentes durante al menos dos años.
Impacto funcional: la depresión mayor puede causar una discapacidad significativa que afecta la vida diaria de la persona, mientras que la distimia, aunque menos grave, puede afectar la calidad de vida a largo plazo debido a su naturaleza crónica.
Tratamiento: ambos trastornos pueden tratarse con terapia psicológica y, en algunos casos, con medicamentos antidepresivos. Sin embargo, el tratamiento de la distimia puede requerir un enfoque a largo plazo debido a su persistencia.
Por sus características clínicas, es la distimia la que suele adjudicarse a rasgos de personalidad. Esto de ignorar que estamos frente a un problema de salud mental y no simplemente a un tipo de afrontamiento o un modo de ver la vida, es lo que nubla la posibilidad de encarar un tratamiento sostenido que mejore la calidad de vida del paciente. Creo que la importancia de conocer esta información radica en desnaturalizar los estados de ánimo para detectar el malestar y pedir ayuda. Tanto la depresión mayor como la distimia, son condiciones médicas serias y pueden tener un impacto significativo en la vida de quienes las padecen.
Si sospechas que vos o alguien que conocés puede estar lidiando con alguno de estos trastornos, es esencial buscar ayuda profesional para un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento consistente en el tiempo. Cualquier duda, podes hacer una consulta o buscar más información en www.lucianamaggio.com
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